KIKE Y LAS SETAS
MÁS QUE UNA AFICIÓN
«Muchas cosas de la naturaleza me han fascinado desde pequeño: el mar, los peces, las montañas, la nieve, los bosques sombríos... Entre todas estas cosas las setas ocupan un lugar especial. La llegada del otoño, las noches y madrugadas frescas, y aquel olor tan especial que adquiere el bosque mediterráneo en época de lluvias son el preludio inequívoco del nacimiento de las setas. Sin saber del todo por qué, recuerdo los momentos de mi infancia en que mi padre un día nos decía que ya había setas y, llegado el sábado, mi hermano y yo nos poníamos los pantalones de montaña, las botas y el jersey y nos íbamos al bosque con mis padres. Recuerdo perfectamente la sensación que me producía entrar en el bosque, el olor a seta que se desprendía de cada rincón, y ese corro de níscalos gigantes escondidos debajo de los brezos, que cada año encontrábamos en el bosque de Santa Ceclina.
Más adelante, muchas veces en solitario, pero también con familiares y amigos, he seguido recorriendo el macizo de Cadiretes en busca de estos corros de setas mágicos que hacen que sueñes con ellos cuando te metes en la cama».
Así manifestaba Kike su afición por las setas en el prólogo de su libro publicado en 2001 por la editorial Brau Bolets del massís de Cadiretes [Setas del macizo de Cadiretes], en el cual ilustró y describió doscientas de las especies más comunes encontradas durante sus excursiones micológicas por los alrededores de Tossa de Mar, en concreto en el macizo de Cadiretes. Las setas que describe en este libro son una selección de las 272 especies que ya publicó en el año 1984 en el Boletín del Institut d'Estudis Catalans bajo el título Primera contribució al coneixement dels macromicets del Massís de Cadiretes [Primera contribución al conocimiento de los macromicetos del macizo de Cadiretes], de los cuales proporcionaba datos sobre su ecología y fenología, y que fueron el producto de múltiples prospecciones realizadas en el macizo entre los años 1978 y 1982. A raíz de la publicación de este libro estableció una estrecha relación con el autor de este artículo y en 2013 colaboró como coautor en el libro también publicado por Ediciones Brau Bolets dels Països Catalans i els seus noms populars [Setas de los Países Catalanes y sus nombres comunes], donde se ilustran y describen cerca de 400 especies de setas.
Hace falta mencionar que Kike no solo conocía las setas de las zonas costeras cercanas a Tossa de Mar, sino que también era conocedor de muchas de las especies propias de las áreas pirenaicas, que visitaba a menudo tanto por razones laborales como de ocio.
LA VEGETACIÓN DEL MACIZO DE CADIRETES
El macizo de Cadiretes es un conjunto de montañas de poca altitud con un máximo de 519 metros de altitud en el Puig de Cadiretes, que forma parte de la cordillera Litoral Catalana y se encuentra al sur de la costa de Girona, mayoritariamente en la comarca de La Selva. El substrato es granítico, de naturaleza silícea, y la vegetación dominante es típicamente mediterránea.
En las partes más secas y expuestas, esta vegetación está constituida por alcornocales, que a menudo han sido reducidos a simples matorrales arbóreos compuestos de brezos (Erica arborea, E. scoparia), madroños (Arbutus unedo), alcornoques (Quercus suber) y pinos (Pinus halepensis, P. pinea y P. pinaster). En las zonas más húmedas y de suelos más fértiles también se encuentran bosques de encinas (Quercus ilex) y de robles (Quercus pubescens), que en algunos sitios han sido reemplazados por castañares (Castanea sativa). En las hondonadas, resiguiendo los torrentes y cursos de agua, se encuentran avellanos (Corylus avellana), alisos (Alnus glutinosa), sauces (Salix cinerea subsp. oleifolia) y laureles (Laurus nobilis), acompañados de fresnos (Fraxinus angustifolia), olmos (Ulmus minor), álamos negros (Populus nigra), álamos temblones (Populus tremula), álamos blancos (Populus alba) y plantaciones de plátanos de sombra (Platanus x hybrida).



