PAISAJES SUBACUÁTICOS
DE LOS PIRINEOS
LA VIDA EN LOS LAGOS E IBONES
DE ALTA MONTAÑA
UN ESPEJO DEL PAISAJE AÉREO
El contraste de vegetación, las pendientes, crestas y cumbres convierten en imponente el paisaje de alta montaña. Cuando esta imagen queda reflejada en una laguna adquiere una belleza especial, rebosa calma y ternura. Hay muchas lagunas que actúan como espejos. Detrás de estos espejos de los paisajes aéreos se esconden otros que están sumergidos. Son como una imagen especular del exterior, en la que la profundidad toma el rol de la altura. Cerca de la superficie hay más vegetación, que va cambiando hacia el fondo, y llega un momento en que desaparece y cede el paso a un paisaje predominantemente limoso, donde ocasionalmente encontramos una vegetación diferenciada. Igual que en el exterior, rocas, materiales más finos, fuertes pendientes, paredes, riachuelos de entrada y la heterogeneidad geomorfológica aportan diversidad horizontal. Enric (Kike) Ballesteros fue un pionero a la hora de explorar los paisajes subacuáticos de los Pirineos y este artículo habla de una parte de lo que aprendimos con él.
ACERCÁNDONOS AL ESPEJO
La última glaciación nos dejó miles de lagunas y pozas en los Pirineos, más de 6.000, de las cuales cerca de 1.300 tienen más de media hectárea de superficie. Las lagunas son relativamente pequeñas, pero tienen una profundidad que a menudo pasa de los diez metros y hay bastantes que superan con creces la cincuentena.
La diversidad de tamaños hace que los paisajes sumergidos también sean variados. La vegetación, igual que en el medio aéreo, tiene mucho que ver con la belleza del paisaje. Las plantas subacuáticas se han adaptado a unas condiciones bien distintas. La difusión de sustancias es un millar de veces más lenta que en el exterior y la luz disminuye rápidamente a medida que aumenta la profundidad. En las lagunas de alta montaña, una cubierta de hielo y nieve presente durante casi la mitad del año, y la pobreza en sales producen limitaciones de crecimiento añadidas.
Hay plantas que literalmente están a ambos lados del espejo: los helófitos. Los cinturones de cárice (Carex rostrata) son comunes en el litoral de muchas lagunas. Es una planta robusta, fuertemente anclada al fondo, y que por la densidad en la que crece a menudo conforma un microhábitat especial. Durante el periodo en el que el hielo está ausente, el nivel del agua de las lagunas oscila bastantes centímetros.
Plantas de tamaño relativamente pequeño o poco rígidas crecen en esta franja: Eleocharis acicularis, de
hojas muy finas, Juncus supinus, más frecuente y presente en todo tipo de zonas húmedas, y Glyceria fluitans, de tallos huecos, hojas suaves y panículas laxas con pequeñas espigas de diversas flores. El trébol de agua (Menyanthes trifoliata) es una planta mucho más llamativa, pero muy poco frecuente. Como su nombre indica, tiene hojas trifoliadas y flores blancas o rosadas en forma de estrella con los pétalos filamentosos.
A TRAVÉS DEL ESPEJO
Las plantas de hojas flotantes se pueden adentrar más allá del litoral, presentando una doble adaptación a los medios acuático y aéreo.
El acceso al dióxido de carbono atmosférico causa que no tengan las limitaciones de este elemento para realizar la fotosíntesis que podrían tener bajo el agua. El esparganio (Sparganium angustifolium) es la especie más frecuente en las lagunas pirenaicas, con sus hojas largas, estrechas y flexibles, pero resistentes de hasta tres metros, que se mantienen a flote en la superficie después de subir verticalmente desde el fondo. Es una planta que forma densos grupos de tallos, que se extiende vegetativamente por medio de rizomas y que se reproduce sexualmente mediante unas características inflorescencias esféricas.
Los ranúnculos acuáticos también tienen hojas flotantes. La especie más frecuente que encontramos en las lagunas de los Pirineos (Ranunculus aquatilis) es uno de los macrófitos que se han encontrado a más altitud, por encima de 2.500 m a Engorgs (Cerdanya). Tiene flores emergentes de pétalos blancos y centro amarillo que forman alfombras superficiales muy llamativas. Las hojas cambian de forma según estén sumergidas o flotando en el agua. Estas últimas son más lobuladas y las sumergidas son filiformes y muy divididas. Esta morfología foliar la han adoptado múltiples plantas acuáticas de linajes distintos y se interpreta como una convergencia adaptativa destinada a aumentar la superficie y la flexibilidad de la hoja con respecto al movimiento del agua para mejorar el intercambio de gases y nutrientes. El otro ranúnculo presente en las lagunas (R. trichophyllus) prefiere aguas más duras y habitualmente está totalmente sumergido. La estrella de agua (Callitriche palustris) es una planta pequeña que también presenta heterofilia, hojas delgadas y filiformes sumergidas, y otras más anchas y en roseta cuando son flotantes. Normalmente, son más frecuentes en charcas de poco volumen.



